Señoras mayores se ponen trajes de bailarina de vientre, llenos de lentejuelas y velos transparentes, moviendo las caderas en círculos lentos y calculados. Muchas veces actúan en salones con poca luz y alfombras persas bajo los pies, con cuentas que suenan con cada giro. En algunas escenas, hasta balancean bandejas de latón en la cabeza mientras se acercan a su pareja con movimientos que calientan.